Nuestra fuerza y mirada puesta en nuestra propia tierra.
Bienvenida al invierno (en la Convivencia escolar y el Año Nuevo Indígena), una triple celebración que nos conecta con la vida, la tierra, nosotros y los otros en este espacio de la escuela de los 25 años de Madrigal.
El aprendizaje de la convivencia no sólo ocurre en la sala de clase. Los espacios de la escuela (patio, paredes, pizarras, áreas verdes, etc.) no son neutros con relación al aprendizaje, sino que inciden de manera importante en cómo se interactúa: si en forma colaborativa y amable, o en forma violenta y destructiva. Estos espacios son un indicador que quiere decir que nos preocupamos por el cuidado de los demás, y de que todos podemos encontrarnos a gusto, aprovechando el espacio de todos.
En un nuevo We tripantu o wiñoy Tripantu, celebración del año nuevo mapuche que se realiza en el solsticio de invierno austral (el día más corto del año en el hemisferio sur) entre el 21 y el 24 de junio, deseamos regalarnos un momento y un espacio para danzar y abrigarnos muy juntos, sincronizando un ritmo que pone en sintonía con la tierra y con nuestra montaña tan cercana. Los mapuches observaban que comenzaba el invierno. Creían que ese cambio era regido por la Luna, que provocaba los brotes de vegetales y la reproducción de los animales. En este nuevo periodo la tierra comienza a limpiarse con el agua que envía Ngenechén (Dios) a través del Ngen-ko (‘el espíritu del agua’), lo que provocaba un nuevo ciclo, que implicaba el término del ciclo anterior de preparación del suelo, siembras, cosechas y debiendo la naturaleza limpiar y preparar la tierra para otro periodo.
Bienvenida al invierno en imágenesDanza de bienvenida al invierno